María Esther López Guzmán es “La Reina del Sabor Nicaragüense” y un ícono de la cultura popular. Como muchos saben además es autora de dos reconocidos libros de cocina nacional: Cocinando con María Esther volumen uno y dos, ambos distribuidos por Servicios Educativos Especializados (SEDES), relacionada con diversas facetas de la cultura del país desde hace 37 años, tuvo sus primeros acercamientos a la cocina de su país gracias a su hijo menor, Amadeus Josué.
“Amadeus tenía muchos problemas de salud cuando estaba chiquito. Le dio sarampión cuando tenía como ocho meses y eso le desencadenó un cuadro clínico que fue de mucha angustia para mí. Entonces las abuelitas (que me querían mucho porque soy bien platicona con los ancianos), me preguntaban por él. Yo les decía que no comía y entonces empezaron a sugerirme el hacer que un atolito de trigo y yo preguntaba cómo se hace, o me decían que le hiciera indio viejo e igual preguntaba porque en mi casa no había cultura de cocina en cuanto a la practicidad diaria, yo vengo de extrema pobreza y a veces no teníamos ni qué comer así que con mi hijo fui en ese afán, buscando cómo darle de comer y, sin darme cuenta, enamorándome de nuestra cocina tradicional, redescubriendo lo ya descubierto”.
Amante de la cultura nacional
Para muchos, la forma amena y sencilla de preparar platillos nicas característica de María Esther empezó a ser reconocida a partir de su segmento de cocina en el querido programa televisivo El Clan de la Picardía en el que compartía pantalla con otro símbolo de Nicaragua: el cantautor Carlos Mejía Godoy, pero antes de llegar ahí, López Guzmán ya había dejado su huella tanto en televisión, como en cine nacional y en la radio en donde incursionó cuando apenas contaba con 16 años de edad.
“Llegué a El Clan de la Picardía con 17 años de experiencia a trabajar con este gran amigo que es Carlos y como somos locos amantes de lo nuestro, fuimos desarrollando una serie de ideas y ahí inicié con el segmento de cocina nicaragüense. Me acuerdo que me dijo Carlos que la gente que todos los días hace gallopinto no me iba a querer ver haciendo gallopinto, pero le dije que sí, que todos los días hacemos gallopinto, pero que no a todo mundo le queda igual y que además tenía sus técnicas que las nuevas generaciones empezaban a desconocer por la vida agitada de las últimas décadas y por ahí nace el interés ya de la promoción de la cocina”.
No obstante para María Esther “cinco minutos (que era lo que duraba el segmento) no eran suficientes. “Dije que algún día iba a hacer un programa de cocina y fuí madurándolo, dije que iba a recorrer Nicaragua, que iba a hacer una ruta del sabor (así se llamó uno de los segmentos) y me impuse esa meta que se solidificó cuando se lanzan los libros”.
Un libro como homenaje a la cocina nica
El 8 de marzo de 2006, el amor de esta gran dama por la cocina de su tierra dio un nuevo fruto: Cocinando con María Esther volumen uno, un libro de 211 recetas que su autora define como “un esfuerzo hecho para la casa, pero con la intención de que otros conozcan con ilustraciones atractivas de los diversos platos, cómo es nuestra casa en sabor y en práctica culinaria”. Y definitivamente ese esfuerzo valió la pena pues solo tres meses después de haber sido publicada, la obra ganó el premio colombiano Andigraf a la calidad que anualmente otorga la Asociación Nacional de Diseñadores Gráficos (Andigraf) a lo mejor del año de la industria gráfica.
“Estaba compitiendo con México, Brasil, Colombia, muchos países y mi propuesta era totalmente casera, mientras que la de ellos eran obras de cocina internacional, pero felizmente recibimos el premio”, recuerda López Guzmán.
En esta obra María Esther explica que tuvo que escoger las recetas más representativas del país, una de ellas, el nacatamal que para ella es “la receta más importante de la gastronomía nica por su exigencia, sus características y por la fusión de la cocina criolla. También es muy especial porque se sirve en su propio plato y cuando lo abrís es un aroma imperdible, que te despierta los sentidos y te abre el apetito, es la receta más exigente que tenemos y visualmente bonita, pero además muestra los vestigios de la cocina precolombina porque es un envuelto, parte de la línea de los tamales, es un cocimiento al vapor, rebasado de agua, pero nunca tocado por el agua entonces hasta para envolverlo y amarrarlo hay que tener la técnica, es la mamacita de las recetas nicaragüenses”.
“Este libro es un compendio de algunas de las recetas de la gastronomía nica porque nuestro glosario es inmenso y necesitaría no sé cuántas obras para poder plasmarla, pero en principio es un homenaje a la cocina tradicional nicaragüense y un reconocimiento implícito a las mujeres, a las matronas que han sido el eslabón fundamental que ha mantenido vigente el sabor nicaragüense”, comenta la autora.
Recetas propias y algo más
Para el segundo libro, lanzado en 2008 después del enorme éxito del primero, María Esther incluyó 160 recetas: algunas de platos tradicionales, pero también recetas propias, o sus inventos como ella misma los llama, con los que homenajea a sus hijos Méndelson Manuel y Amadeus Josué, “además de hacer énfasis en cocina que hemos adoptado como nuestra por ejemplo el arroz chino, y otras que se han vuelto parte del quehacer culinario como el arroz a la valenciana que es el arroz fiestero o piñatero y que en otros lugares se conoce como arroz con pollo, vas a hallar algún mousse, algún flan, etc”.
López Guzmán cuenta que en Cocinando con María Esther volumen uno y dos, “quise hacer una escogencia de diferentes especialidades como tamales y arroces, entradas y complementos, sopas, salsas y ensaladas, platos fuertes, bebidas, dulces postres y mieles con la intención de que algún día esto tenga eco y los jóvenes empiecen a cambiar esos hábitos de consumo erróneos y que nos están matando. Dentro de estas recetas por ejemplo está la sopa de queso, que es uno de los emblemas más grandes de la gastronomía nicaragüense y quizá la receta más importante de la Cuaresma y de la Semana Santa, ha trascendido las barreras y es el rito culinario con el que inicia la Cuaresma. También está el almíbar, el huevo chimbo, el ayote en miel, la chicha de maíz”.
López Guzmán afirma que “la cocina es cambiante”, pero “la cocina tradicional debe respetarse porque si no perdés la identidad y un pueblo sin cultura es un pueblo sin rostro, sin huella digital. Para mí la cocina tradicional es parte de nuestra huella digital, son las líneas o surcos marcados que han recorrido nuestros antepasados y que nuestros abuelos, abuelas, bisabuelas, nos han heredado”.
Más información
Actualmente María Esther está en proceso de publicar su tercer libro que será una compilación de tres décadas de investigación de la cocina tradicional con cocineros tradicionales de todo el país. También tiene el proyecto de fundar una academia donde se enseñe la cocina popular de Nicaragua.
Su marca es Nicaragua en mi sazón. Así se llama el programa de radio que se transmite por Radio Sandino 107.5 FM todos los sábados a las 10:30 de la mañana, el mismo nombre tiene su canal de YouTube donde publica recetas, igualmente su disco de recetas cantadas y también su revista que vende a un precio de cien córdobas en su casa de habitación ubicada en la Colonia El Periodista. También puede contactarla en su página de Facebook Nicaragua en mi sazón con María Esther.
Los libros Cocinando con María Esther volumen uno y dos están disponibles en Servicios Educativos Especializados (SEDES) al crédito y al contado. Puede llamarnos a los teléfonos 8384–1270 y 8433–3633 o escribirnos a nuestra página de Facebook: Servicios Educativos Especializados.
Texto y fotografías: Génesis Hernández Núñez